Un ratón en la luna

Para desgracia del Duque de Fenwick, su imperio económico se encuentra amenazado ante el descubrimiento que sus vinos --cuya exportación le genera sus mayores beneficios-- tienen un defecto de fábrica de difícil resolución: al abrirse las botellas, explotan. Pero el Duque de Fenwick, a pesar de estos contratiempos, aspira a cumplir su sueño de viajar al espacio. A tal efecto, el Primer Ministro Británico Mountjoy convence a los mandatarios estadounidenses para que contribuyan a la financiación un viaje a la luna tripulado por un hombre, que bien pudiera ser el propio Fenwick. Para no perder terreno por lo que concierne a la carrera espacial, la Unión Soviética se involucra en el proyecto, aportando un cohete que no presenta un aspecto demasiado moderno. Mientras se lleva a cabo este proyecto a tres bandas, el científico que trabaja para el Duque de Fenwick, el doctor Kolintz, descubre que el vino propiedad del primero podría ser un excelente carburante para el cohete...

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