Seinfeld

Nunca una "serie sobre nada" llegó a tanto. El cómico Jerry Seinfeld y sus excéntricos amigos (Constanza, Kramer y Elaine) viven en Nueva York y les pasan innumerables peripecias en esta genial comedia de situación donde la menor excusa sirve para regalarnos un delirante episodio. Batió todos los récords de audiencia que se pusieron por delante, y aún hoy en día sus reposiciones siguen contando con innumerables seguidores, no en vano "Seinfeld" es una verdadera leyenda de la televisión americana. "Media hora acerca de nada", así definió Jerry Seinfeld su teleserie cuando la presentó a los ejecutivos de la NBC, a comienzos de 1990. Contra todo pronóstico, ellos aceptaron. No en vano Seinfeld era ya por entonces uno de los cómicos más populares de América, hasta el punto que sus actuaciones televisivas en diferentes programas alcanzaban grandes cuotas de audiencia, y el público se peleaba por conseguir entradas para su espectáculo en directo. ¿Su secreto? Sacar punta a las rutinas de cada día hasta convertirlas en reflexiones filosóficas dignas de figurar en un tratado sobre las grandezas y las miserias humanas. Durante los años noventa, Seinfeld alcanzaría los más altos índices de popularidad jamás cosechados por una comedia de situación. Conocedor inigualable de las costumbres y manías de los neoyorquinos, Jerry las desgranaba en esta teleserie protagonizada por él mismo y tres neuróticos amigos. Cada capítulo empieza y acaba en el club donde Jerry presenta sus monólogos. En medio, contemplamos la vida diaria junto a su ex-novia Elaine, su amigo de la infancia George y su vecino pesado Kramer. A todos ellos les suceden acontecimientos tan absurdos como cotidianos: desde tener que esperar tres horas en la cola de un restaurante chino hasta perder la tarde entera intentando aparcar. En tan sólo tres años, el programa alcanzó las más altas cuotas de audiencia y las mejores críticas imaginables, hasta el punto de que en 1993 conseguiría el Emmy a la mejor comedia. Nueve temporadas duraría el éxito, y llegaría a su mayor hito con el último episodio, seguido por más de 80 millones de espectadores. La cadena NBC ofreció entonces la astronómica cantidad de 450 millones de dólares a cambio de una temporada más, pero Seinfeld se negó, para disgusto de sus compañeros, quienes hubieran cobrado un millón por episodio. Para Jerry, había llegado la hora de quedarse sólo con los escenarios y con la compañía de su mujer Jessica y su hija Sascha.

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