SINÓPSIS |
Desde que Platón escribió sus misteriosos diálogos llamados "Timeo" y "Critias", cuya extensión no es más que de unas 20 páginas de un libro actual, la leyenda de la Atlántida ha fascinado a muchos. El filósofo señalaba que en ese misterioso lugar moraba un pueblo extraordinariamente civilizado y rico, y que un día sobrevino en el mundo un cataclismo de tales magnitudes que en un lapso de 24 horas lo hundió en el mar, con todas sus riquezas y esplendores. Esto ocurrió, dice Platón, 9500 años antes de que él lo escribiera.
Según el investigador Otto Muck, la Atlántida era un paraíso templado-cálido, de fértiles llanuras, en cuyas cordilleras abundaban los bosques de maderas valiosas. Era una tierra rica en cobre, estaño, oro y plata. Era tanta la riqueza de aquellas tierras y tal la excelencia de su clima, que su población se multiplicó rápidamente, llegando a los 60 millones de habitantes; una cifra portentosa, más si se estima que Egipto (unos de los países más densamente poblados del mundo antiguo) no pasó jamás de los 15 millones. También parece haber sido una civilización muy avanzada para aquellos tiempos, en los que Europa recién entraba al periodo neolítico. Pero dice la tradición que los atlantes se alejaron de su dios, de sus antiguos líderes, y extraviaron el propósito de sus vidas; y que por esa causa el dios Zeus había decidido castigarlos. |