Homicidio en primer grado

En los tiempos de la Gran Depresión, muchas familias deben buscar su sustento económico a través del robo. A pequeña escala, este el caso de Henri Young, quien sustrae cinco dólares de una estafeta de correos. Desconociendo que, al tratarse de un estamento oficial dependiente del gobierno, este robo es considerado delito penal, Henri Young ingresa en prisión. La desproporción del castigo se agrava aún más cuando Henri se encuentra preso en una cárcel de máxima seguridad, Alcatraz, a unos cuantos kilómetros de la costa de San Francisco. Allí el alcaide Glenn ejerce su plena autoridad, sometiendo a los presos a su voluntad, como acontece con Henri Young, quien después de protagonizar un intento de fuga es conducido a una celda en régimen de aislamiento. A lo largo de tres años, Henri Young apenas ve la luz del sol y su estado físico y síquico le lleva a las puertas de la muerte. Cumplido su periodo de reclusión en un habitáculo de pequeñas proporciones y con unas condiciones higiénicas deplorables, Henri Young sigue padeciendo un trastorno mental que le lleva a acabar con la vida del que considera su auténtico «verdugo». Ante los ojos de decenas de reclusos, Henri asesina a Glenn. El veredicto parece claro: homicidio en primer grado. No obstante, James Stamphill, un recién licenciado en Derecho que es enviado a Alcatraz para la defensa de Henri, empieza a investigar lo acontecido en los últimos años en relación a aquel joven de aspecto saludable que cometió un desliz y que ha pagado un precio muy alto.

seaworld