Artículo sobre Martin Scorsese y los Premios Oscar.
Publicado: Mié Mar 07, 2007 3:04 pm
Me ha perecido bien compartir con vosotros un artículo que apareció en "El Periódico" el 27 de Febrero, uno o dos días después de la entrega de los Oscar de Hollywood. Lo suscribo casi todo, estoy plenamente de acuerdo con su autor Ramón de España, aunque me ahorraría algunas florituras. Es un redactor con el que a veces no estoy muy de acuerdo pero que ese día reflejó mi pensamiento en la base de sus palabras. Ahí va, literal, para quien no tenga acceso a este periódico:
autor: Ramón de España.
El Periódico, Martes 27 de Febrero del 2007.
Título: "Más Vale Tarde Que Nunca, Marty"
Tras depreciar sus obras maestras, la Academia ha premiado a Scorsese como mejor director por "Infiltrados"
"Imaginemos que a nuestro Ferran Adrià lo ningunearan año tras año en los foros gastónómicos internacionales hasta que un día , avergonzados de su actitud displicente, los jurados le concedieran el premio al Mejor Cocinero del Mundo por un bocadillo de chopped. Algo así le acaba de ocurrir a Martin Scorsese: la Academia de Hollywood, después de despreciar obras maestras como Malas Calles, Taxi Driver, Toro Salvaje o Uno de los Nuestros, le ha concedido el Oscar al mejor director (al que ha sido candidato otras cinco veces) por un pestiño a medio freír que atiende por Infiltrados y que, como sus dos filmes anteriores, Gangs of New York y El Aviador, sumieron en la más melancólica tristeza a quienes le admirábamos casi desde que abandonó el seminario y rodó su primer corto. Parafraseando a Fernando Trueba cuando Hablaba de Billy Wilder, para mí Scorsese era Dios. Le descubrí en la adolescencia y me ha acompañado en la madurez. Pero si sigue haciendo películas como las tres últimas, es poco probanle que envejezcamos juntos.
Como muchos otros ilusos que le adorábamos, tras encajar virilmente esos dos ladrillos que fueron Gangs of New York y El Aviador (donde un niño llamado Leonardo insistía en que era Howard Hugues), me propulsé a ver Infiltados autoconvencido de que un nuevo thriller en la carrera de mi héroe podía suponer un regreso a las formas atléticas exhibidas en Uno de los Nuestros y Casino. No me arredró la presencia del mentado niño Leonardo. Ni la de dos de los actores más malos de todos los tiempos, Mark Wahlberg (que sólo resultó creíble cuando anunciaba calzoncillos para Calvin Klein) y Matt Damon (brillante en las películas sobre el espía Jason Bourne porque hacer de amnésico le permite no mover ni un músculo). Ni que el largometraje fuera un refrito de una cinta de Hong Kong de esas en las que los tiroteos están en cámara lenta y donde siempre hay una secuencia en la que los protagonistas se apuntan a la cabeza con una pistola mientras la cámara da vueltas en círculo a su alrededor.
Salí del cine de lo más triste y, para consolarme , volví a ver las mejores películas del tío Marty, esas maravillas que rodaba cuando no se había dado cuenta de que a los señores académicos lo que de verdad les gustaba eran los bocadillos de chopped".
autor: Ramón de España.
El Periódico, Martes 27 de Febrero del 2007.
Título: "Más Vale Tarde Que Nunca, Marty"
Tras depreciar sus obras maestras, la Academia ha premiado a Scorsese como mejor director por "Infiltrados"
"Imaginemos que a nuestro Ferran Adrià lo ningunearan año tras año en los foros gastónómicos internacionales hasta que un día , avergonzados de su actitud displicente, los jurados le concedieran el premio al Mejor Cocinero del Mundo por un bocadillo de chopped. Algo así le acaba de ocurrir a Martin Scorsese: la Academia de Hollywood, después de despreciar obras maestras como Malas Calles, Taxi Driver, Toro Salvaje o Uno de los Nuestros, le ha concedido el Oscar al mejor director (al que ha sido candidato otras cinco veces) por un pestiño a medio freír que atiende por Infiltrados y que, como sus dos filmes anteriores, Gangs of New York y El Aviador, sumieron en la más melancólica tristeza a quienes le admirábamos casi desde que abandonó el seminario y rodó su primer corto. Parafraseando a Fernando Trueba cuando Hablaba de Billy Wilder, para mí Scorsese era Dios. Le descubrí en la adolescencia y me ha acompañado en la madurez. Pero si sigue haciendo películas como las tres últimas, es poco probanle que envejezcamos juntos.
Como muchos otros ilusos que le adorábamos, tras encajar virilmente esos dos ladrillos que fueron Gangs of New York y El Aviador (donde un niño llamado Leonardo insistía en que era Howard Hugues), me propulsé a ver Infiltados autoconvencido de que un nuevo thriller en la carrera de mi héroe podía suponer un regreso a las formas atléticas exhibidas en Uno de los Nuestros y Casino. No me arredró la presencia del mentado niño Leonardo. Ni la de dos de los actores más malos de todos los tiempos, Mark Wahlberg (que sólo resultó creíble cuando anunciaba calzoncillos para Calvin Klein) y Matt Damon (brillante en las películas sobre el espía Jason Bourne porque hacer de amnésico le permite no mover ni un músculo). Ni que el largometraje fuera un refrito de una cinta de Hong Kong de esas en las que los tiroteos están en cámara lenta y donde siempre hay una secuencia en la que los protagonistas se apuntan a la cabeza con una pistola mientras la cámara da vueltas en círculo a su alrededor.
Salí del cine de lo más triste y, para consolarme , volví a ver las mejores películas del tío Marty, esas maravillas que rodaba cuando no se había dado cuenta de que a los señores académicos lo que de verdad les gustaba eran los bocadillos de chopped".