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No, no me gusta

Me encantó, tanto Craig como el nuevo rumbo que han tomado (espero) los "cerocerosietes": vulnerables. Los he visto a todos, toditos los actores que le han interpretado menos a George Lazenby (a este no le ha visto nadie con menos de 50 años, y si le vieron no se acuerdan). Algunas pelis, según el actor que era, pasaba de repetir por aburrimiento (de Roger Moore vi algunas, entre conatos de vómito, para regocijarme mirando a los monumentos que le acompañaban, pero nunca me lo creí a él; a Timothy Dalton no le aguanté una peli entera de las dos fugaces que hizo -creo-, y del pelele de Pierce Brosnan el reciente, no pude aguantar ni una, y sin pagar, desde luego).
Desde Sean Connery no gozaba viendo un 007. Desde luego, él era la foto del personaje que presentaba Ian Fleming en sus novelas entretenidas pero arcaicas ideológicamente. Eran los tiempos de la guerra fría entre Rusia y EEUU, y entonces los Hombres estaban orgullosos de su Pelo en Pecho y trataban y utilizaban a las mujeres para desahogarse o para limpiar y parir. No está tan lejano en el tiempo: hoy todavía existe sobre todo en este país aún post-franquista (aunque nuestro modelo fuera más bien un Fernando Esteso o un memorable Alfredo Landa que luego supo crecer).
Sean Connery, sin embargo, sabía darle cierta ambigüedad "sentimental" al personaje. Ahora, Craig, es capaz de sufrir (no porque le "muerda un perro en los testículos", sinó porque la mujer con quien ha pasado unas noches se aleja.
Y eso es cosa de guión, probablemente.