El Ceniciento

Al morir su padre, Feli (Jerry Lewis) hereda una existencia miserable, puesto que la situación familiar está dominada por completo por su madrastra, la señora Kirkaby (Judith Anderson), que piensa única y exclusivamente en sus ambiciones financieras y sociales y en sus mimados hijos, Maximilian (Henry Silva) y Rupert (Robert Hutton). A pesar de ser tratado con desdén y maldad por sus familiares que le han convertido prácticamente en un esclavo, Feli devuelve bien por mal debido a su natural filosofía del amor hacia todo. Feli sueña continuamente que su padre (Alan Reed) intenta decirle donde está escondido el dinero que le convertiría en el miembro más rico de la familia. Pero estos sueños nunca se realizan ya que Feli despierta siempre antes de que el padre pueda revelarle el escondrijo. La madrastra, a diferencia de Feli, sabe que no se trata de meros sueños. Las locas extravagancias de la madre hacen que pronto se vean en la miseria. Por ese motivo la madrastra proyecta un osado plan: dar un elegante baile para honrar a la princesa de Charmein (Anna Maria Alberghetti), del Gran Ducado de Moravia, que se encuentra en los Estados Unidos buscando marido. La madrastra confía unir en matrimonio a la princesa con Rupert gracias a este baile. Feli es encerrado en su habitación cuando llega la princesa, pero éste recibe la visita del Padrino (Ed Wynn) que le insinúa que pronto se convertirá en un gran personaje.

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