SINÓPSIS |
Un monstruo pepinoide de Venus acecha a los científicos, uno bueno (Peter Graves) y otro utópico (Lee Van Cleef) y demás protagonistas de esta baratísima película, inspirada en cierto modo en la novela de Robert Heinlein "Puppet Masters". El monstruo, cortesía del rey de los monstruos de bajo presupuesto, Paul Blaisdell. Roger Corman recuerda en su autobiografía: "En vista de mis conocimientos de física e ingeniería, razoné que un ser que viniese de un planeta con un campo gravitatorio muy fuerte, tendría que ser bajo en las plantas. Así que con mi hombre de efectos especiales, Paul Blaisdell, diseñamos una criatura que era muy pequeña. Justo cuando estábamos por rodar la escena del clímax, con Beverly Garland, ella se paró frente al monstruo y lo miró fijo, con los brazos en las caderas. "¿Así," dijo como refunfuñando, "que tu vienes a conquistar el mundo? ¡Bueno, toma esto!" Y ella lo pateó en la cabeza. De inmediato me di cuenta de todo. A la tarde ya habíamos reconstruído al monstruo, de unos diez pies más de altura. Lección 1: Siempre haz al monstruo más alto que tu heroína." El guionista fue Lou Russof, un regular de la AIP (era pariente de Samuel Z. Arkoff, principal productor de la empresa). Parece mentira, pero en 1966 Larry Buchanan filmó ZONTAR, THE THING FROM VENUS, una secuela de esta película. Otra cosa que parece mentira es la generalmente buena acogida crítica que la mayoría de los libros de películas norteamericanos dan a este engendro mutante. Hay algunos momentos de vergüenza ajena, como cuando Peter Graves desmonta su bicicleta e intenta pegarle una trompada a un policía que acaba de asesinar a un anciano. Hay unos pocos hallazgos en determinados diálogos, pero rápidamente se echan a perder. En el climax final, Corman planteó un contrapunto entre Van Cleef y Graves (un clima bien logrado entre ambos adversarios), la esposa de Van Cleef que marcha a la cueva donde está el monstruo para matarlo con una escopeta (una trágica iniciativa que añade dramatismo), y el soldado interpretado por Jonathan Haze que se tropieza con los árboles (un elemento cómico que echa a perder el suspenso que Corman logra sugerir en las dos primeras contrapartes). El final con Van Cleef armado con un soplete es más patético que PLAN 9 FROM OUTER SPACE, y muchos menos gracioso. |