SINÓPSIS |
A principios de los años 60, unas cien mil personas vivían en chabolas en Barcelona. Habían llegado de muchas zonas de España, huyendo de la miseria y la persecución política de la posguerra. En Barcelona, no encontraron otro sitio para vivir que cuevas y frágiles casas improvisadas con los materiales que encontraban. Los barrios de chabolas fueron creciendo. En las playas estaba el Somorrostro y el Camp de la Bota; sobre los cerros, los múltiples barrios de chabolas de Montjuïc o de la montaña del Carmel. Pero también había chabolas en la Diagonal o el Eixample. Los chabolistas vivieron muchos años en malas condiciones, con miedo a que demoliesen su casa y expuestos a las inclemencias del tiempo, como los temporales del mar, que arrasaban las chabolas del litoral.
Los que vivían en chabolas eran trabajadores, pero la ciudad, a menudo, ignoraba aquella realidad tan dura y a la vez tan próxima. Con el tiempo, se pasó de la represión al paternalismo. Los barrios de chabolas se fueron derribando y se construyeron polígonos en la periferia. En muchos casos, las viviendas se hicieron rápido y mal. Era el “barraquismo vertical”, un problema que aún no se ha resuelto.
En Barraques. La ciudad olvidada, la voz de los mismos protagonistas y un gran número de documentos audiovisuales, nos hacen revivir unos años muy difíciles. Los antiguos chabolistas piensan que no se debe olvidar el pasado, y menos ahora que la vivienda vuelve a ser un problema muy grave para tantas personas.
Barraques. La ciudad olvidada nació como reportaje para el programa de TV3 “30 minuts”. En el área de Documentales, para el programa “Sense ficció”, se amplió la documentación, con más testigos y materiales de archivo, para poder recrear aquella ciudad de las chabolas que la Barcelona del diseño ha querido olvidar |